Las ventas de coches eléctricos de Tesla se ralentizan, la competencia de China empuja los precios a la baja y los inversores buscan una razón por la que la empresa deba mantener una alta valoración de mercado. Esto es exactamente a lo que se supone que responde el lanzamiento de un servicio de robotaxi en Austin (Texas). Tesla no es la primera en este tipo de servicios, pero está tratando de demostrar a los inversores que esta puede ser la principal fuente de ingresos en el futuro, además de la desaceleración del crecimiento de los coches eléctricos.
Sobre la empresa
En los últimos años, Tesla ha superado numerosos retos: desde problemas de fabricación, de calidad y fallos de software, hasta disputas regulatorias o críticas relacionadas con la seguridad de sus sistemas autónomos. Sin embargo, mantiene una sólida posición en el mercado, que justifica ante los inversores principalmente por su capacidad de innovación y el potencial de crecimiento futuro en el ámbito del transporte autónomo o los servicios energéticos. Tesla quiere cambiar radicalmente el modo de transporte sustituyendo a los conductores humanos por vehículos totalmente autónomos sin volante ni pedales, al tiempo que ofrece un servicio de robotaxi de expansión masiva como alternativa barata, accesible y segura al transporte tradicional. En lugar de limitarse a ser un fabricante de coches eléctricos, su objetivo es convertirse en un líder en inteligencia artificial (IA) y robótica, con la autonomía en el centro de su futuro negocio.
Lanzamiento del robotaxi en Texas
El 22 de junio de 2025, Tesla comenzó a operar un servicio limitado de robotaxi de pago con una flota de todoterrenos Model Y en Austin. Los vehículos circulan por una zona restringida y transportan a clientes de pago por una tarifa plana de 4,20 dólares. Un empleado de Tesla se sienta en el asiento del pasajero por seguridad, pero ya no hay conductor al volante. El lanzamiento se limita deliberadamente a un pequeño grupo de pasajeros invitados y alrededor de una docena de vehículos, que también evitan el mal tiempo y las intersecciones difíciles, lo que significa que la empresa aún es cautelosa a la hora de lanzar el servicio al funcionamiento público, pero también lo exigen las normativas que el robotaxi de Tesla aún no ha superado.[1][2]
Importancia estratégica
El servicio de robotaxi no es tanto un hito tecnológico (ya lo operan otras empresas) como principalmente un cambio estratégico para la propia Tesla. A medida que el crecimiento de las ventas de sus coches eléctricos se ralentiza a nivel mundial y se enfrenta a una fuerte competencia, especialmente de fabricantes chinos como BYD, Elon Musk ha centrado la atención de la compañía en los vehículos autónomos y la robótica. Esa estrategia es clave para defender su elevada valoración de mercado. Los inversores apuestan por que el robotaxi podría representar una importante fuente de ingresos para la empresa. Las ventajas de este modelo residen en la eliminación de conductores y el uso de un sistema de conducción autónoma total (FSD), que puede trastocar el mercado del transporte de pasajeros y competir con empresas como Uber con costes por kilómetro significativamente más bajos. ARK Invest predice que, para 2029, hasta el 90% del valor de Tesla podría proceder del transporte autónomo.[3][4]
Dificultades normativas
Como ya se ha indicado, la normativa sigue siendo un gran obstáculo para las ambiciones de Tesla. La Administración de Seguridad Vial de Estados Unidos (NHTSA) lleva tiempo expresando su preocupación por el software FSD. Este sistema se ha relacionado con accidentes que, según la oficina, podrían haberse evitado. Los legisladores de Texas ya han pedido a Tesla que retrase el lanzamiento del servicio hasta que haya una nueva normativa estatal que pueda exigir licencias a los operadores. Por eso Tesla decidió lanzar el servicio en condiciones limitadas.[5][6]
Entonces, ¿en qué punto se encuentra el robotaxi de Tesla comparado con Waymo?
Tesla está bajo la lupa por su perfil de seguridad, mientras que Waymo, de Google, aún no ha registrado ninguna muerte relacionada con su servicio. Waymo ya opera con más de 1.500 vehículos en varias ciudades, tiene muy buenos registros estadísticos en materia de seguridad y millones de kilómetros recorridos. Tesla confía principalmente en las cámaras y en su software FSD, mientras se esfuerza por conseguir una escalabilidad masiva gracias a la enorme cantidad de datos procedentes de la conducción real de sus vehículos. Sin embargo, como ya se ha mencionado, su servicio de robotaxi solo funciona hasta ahora con un número muy limitado de vehículos y de vigilancia de la seguridad. Waymo ofrece viajes completamente sin conductor en algunas regiones y se beneficia de asociaciones probadas y de la confianza de los usuarios.[7]
Reacción del mercado
Inmediatamente después del lanzamiento de las pruebas de conducción del robotaxi en Austin, el mercado reaccionó positivamente, ya que las acciones de Tesla subieron más de un 10% el lunes 23 de junio de 2025, lo que indica una renovada confianza de los inversores en las ambiciones autónomas de la empresa.* El crecimiento se produjo a pesar de la presión a la que se enfrenta el segmento de los vehículos eléctricos, que ha tenido a la empresa en números rojos desde principios de año. Las entregas del primer trimestre alcanzaron el nivel más bajo de los dos últimos años. Los ojos de los inversores se centrarán pronto en los resultados del segundo trimestre.

Evolución de la cotización de Tesla en los últimos 5 años. (Fuente: Google Finance)*
Resultados financieros
La salud financiera de Tesla depende, por tanto, cada vez más de la conducción autónoma, que se espera que sea un motor clave del crecimiento de las ventas y la rentabilidad en el futuro. Aunque la división de automoción sigue siendo la principal fuente de ingresos, en el primer trimestre de 2025 experimentó un descenso de las ventas del 20% y una fuerte caída de los márgenes, lo que contribuyó a un descenso general de las ventas de la empresa del 9%, hasta 19.340 millones de dólares, y a una caída del beneficio neto del 71%, hasta 409 millones de dólares. La división de energía, en cambio, creció y logró unos ingresos de 1.640 millones de dólares, un 67% más que hace un año.[8]
Conclusión
Parece que, efectivamente, el futuro de Tesla está más en el transporte autónomo. La ralentización del crecimiento y el descenso de la rentabilidad demuestran que el modelo actual ya no es suficiente. El lanzamiento del robotaxi no es solo un nuevo producto, sino un esfuerzo por replantear la historia de la empresa, que pasa de ser un fabricante de coches a una plataforma tecnológica de alcance global. Musk necesita ofrecer a los inversores una nueva narrativa antes de que la confianza se invierta definitivamente. Si los servicios autónomos demuestran escalabilidad y rentabilidad, Tesla ganará una nueva línea de crecimiento. Si no, perderá no sólo su liderazgo, sino también su estatus de icono del crecimiento.
* Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros